LA DIVINA COMEDIA PSICOANALÍTICA -CAP. 1: "HABLAR NO ES CONFESARSE"

 

"Hablar no es confesarse"

En la confesión la persona sabe lo que dice, en el análisis dice más de lo que sabe.

Estuvimos charlando para este episodio nº 1 de este podcast, y llegamos  a la conclusión que ... nuestra cultura... la podríamos pensar como  Judeocristiana, porque hubo un judío famoso que nació un 25 de diciembre y -como todo judío- a los 8 días se le practica la circuncisión y coincide con nuestra fecha de inicio del año nuevo.  

Esa marca que deja la circuncisión, no la leemos -como creía Freud- como la desgracia o la amenaza que hay que evitar, sino todo lo contrario, como el corte que nos salva -Lacan dixit- de no quedar a merced del Goce del Otro.

Es que el lenguaje preexiste a todo ser humano, todos estamos sumergidos en él y no nos podemos escapar.  El lenguaje siempre tiene efectos y resuena en una caja de resonancia muy particular: el cuerpo, que es un cuerpo de palabras.  

Entonces todo queda operativizado por el significante, lo cual no implica que sea la palabra misma: el silencio también es un significante y lo pensamos en relación a las partituras musicales: en donde no solo se escriben los sonidos sino también los silencios, que aunque no suenen, igualmente se escuchan. 

En el análisis se habla, pero no hay pecado alguno que deba ser confesado –como los que aparecen el en Infierno de la Divina Comedia de Dante- aunque Lacan en el seminario 11 - parafraseando al filósofo Søren Kierkegaard-  diga que “de un Padre se heredan sus faltas, sus pecados” [1]; de lo que se trata es de saber-hacer con esa falta del Otro. 

En el prefacio a la edición inglesa del seminario 11, nos pareció interesante lo que Lacan plantea al final del texto, donde juega con una homofonía entre “estar a la altura de esos casos” y “hacer con ellos el par” [2] y pensábamos en esto que quien responde no es un par común, (como la tía Martita), sino que se trata de una función, la de estar a la altura del sujeto : ¿Quién habla?. ¿Quién habla en el análisis? Sabemos que no es la persona … y entonces, ¿quién?...

En “la historia de la sexualidad volumen 1” [3] Foucault plantea que “la confesión es un ritual de discurso en el cual el sujeto que habla coincide con el sujeto del enunciado”. Pero en un dispositivo analìtico trabajamos con un texto y un sujeto que está dividido entre lo que dice y lo que sabe. Esto es el inconsciente para Lacan y por eso quien se analiza no debe hablar obligatoriamente de él o de ella:  le pedimos que hable, que diga cualquier cosa porque “Eso habla” más allá de él/ella 

Entonces…. al no ser posible saber quién habla … en el dispositivo no se juzga; precisamente porque la persona no sabe porqué hace lo que hace, aunque Eso le provoque  sufrimiento.

Pero además, tal como lo plantea Anne Dufourmantelle, de una manera muy poética:

“Cuando todo nos ha sido confiscado, hasta la misma posibilidad de hablar, ¿qué curación es posible? ¿Cómo se puede recrear esa confianza impetuosa en el lenguaje, laboratorio de todas las mutaciones…? El riesgo de curarse es aquello por lo cual aceptamos desasirnos de un cierto saber, puesto que en algún sentido es él quien se apodera de nosotros y no a la inversa”.[4]

Entonces, retomando un poco este título que hemos nombrado para este primer episodio: 

Hablar no es confesarse pero..¿por qué?

Y bueno porque lo que se busca en un análisis no es el perdón ni el arrepentimiento… tampoco tiene que ver con la penitencia o el castigo. El analista no es un sacerdote, por ende no representa ninguna verdad divina…no tiene “la Palabra Santa”. ¿A qué verdad pretende llegar entonces? ¿Quién es el “portador” del saber?  ¿y este saber de quién es? es del Gran Otro que goza al sujeto…este goce del Gran Otro que no existe pero que no exista no implica que no tenga eficacia. (es como dice el dicho “las brujas no existen pero que las hay, las hay”). 

Les Luthiers decían que “la verdad absoluta no existe, y esto es absolutamente cierto” [5]

En psicoanálisis se habla para barrar ese Saber del Otro, que no es un Dios que lo sabe todo, al cual le vamos quitando consistencia para encontrar la verdad del sujeto. Se trata de hacer funcionar el saber en el lugar de la verdad, esta verdad que tiene estructura de ficción: no hay nada más disparatado que la realidad humana, cada uno vive en una realidad diferente. En los lazos familiares se empieza a tejer un saber, que el Amo quiere confiscar … los seres humanos creen que piensan eso que dicen; pero en realidad creen decir eso que alguien se los dijo, o sea, ellos no lo piensan, lo piensa el Gran Otro. 

El analista sólo le ofrece hablar al sujeto para aliviar un padecimiento …para que “Eso” que llega desde el Otro se escuche de manera diferente.


No se trata de recorrer el camino de Dante, el infierno, el purgatorio, el paraíso… sino de disfrutar de una ración de verbo, tal como plantea Lacan: “¿Por qué volvería conmigo toda esa gente que viene a verme sino fuera para disfrutar de una porción de verbo?”[6] ¿Acaso ese verbo consiste en rememorar?: no se cura  uno porque rememora, sino al revés: rememora uno porque se cura.   No se reprime un pasado que se vivió. En el análisis, se trata menos de recordar que de reescribir la historia.

Al respecto Borges enunció que “cada escritor crea a sus precursores, su labor modifica nuestra concepción del pasado, como ha de modificar el futuro” [7] al igual que Lacan quien re-crea a Freud, y hace un nuevo psicoanálisis donde “allí donde Eso estaba, debe advenir el sujeto” Pero -recordemos- que este sujeto es nadie. Tal como Roland Barthes se refiere:   “el nacimiento de un lector se paga con la muerte del autor de un texto” [8]

El analista no escucha confesión alguna, sino que lee: ¿Qué (se) dijo en eso que está diciendo? ¿de quién es la palabra? ¿acaso hay [autor]idad sobre nuestra voz?


Este podcast no hubiera sido posible sin el aporte y la generosa transmisión de Marcelo A. Pérez, Juan Manuel Martínez, y el trabajo realizado por lxs compañerxs de los Grupos de Estudio. 


Solange Rey- Juan Pablo Moscardi.

La divina comedia psicoanalítica

Cap. 1


BIBLIOGRAFÍA: 

[1] LACAN, Jacques. El Seminario. Libro 11. Ed. Paidós.

[2] LACAN, Jacques. Prefacio a la edición inglesa del seminario 11. Otros escritos. Ed.Paidós.

[3] Michel Foucault "La historia de la sexualidad" volumen 1. Siglo XXI Editores.

[4] Dufourmantelle, Anne. El Elogio del riesgo. Paraíso editores.

[5] Les Luthiers. Fragmento 

[6] LACAN, Jacques. El Triunfo de la religión -precedido del Discurso a los Católicos. Ed. Paidós.

[7] Borges, Jorge Luis. Kafka y sus precursores. Ed. Mandioca.

[8] Barthes, Roland. El susurro del lenguaje -más allá de la palabra y la escritura- Ed. Planeta.

Arte: Sando Botticelli. La Carte de l'Enfer.

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